sábado, 18 de febrero de 2012

Opinión


1. ¿Me permites unas preguntas? Es para una encuesta.
2. ¿Son muchas?
1. No… cinco o seis.
2. Ah… bueno, en ese caso, adelante.
1. ¿Vas al gimnasio?
2. No.
1. ¿Vas de cañas los domingos?
2. No.
1. ¿Y los jueves?
2. No.
1. ¿Sales a cenar los sábados?
2. No.
1. ¿Lavas el coche los domingos?
2. No. 
1.  Vaya, pues entonces... haces excursiones a la montaña, ¿no? 
2. No. 
1. ¿Has ido a París? 
2. No. 
1. ¿Vas al cine los miércoles? 
2. No.
1. ¿Tienes un seguro médico privado? 
2. No. 
1. ¿Vas de putas con tus hermanos en Nochebuena? 
2. ¿Con mis hermanos? ¿En Nochebuena? 
1. ¿No vas de putas? 
2. No… oye, ¿qué clase de encuesta es ésta?
1. ¿Tienes un apartamento en la playa? 
2. No. 
1.  Pero lo habrás soñado... 
2. Nunca. 
1. ¿Entonces? ... 
2. Me gustaba ir a bailar con... 
1. Ah, mira... ¿Y jugabas cerca del río cuando eras un niño?
2. No... no había río... 
1. ¿Cazabas pájaros con tirachinas? 
2. Nunca lo hice. 
1. ¿No recogías conchas del borde del mar? 
2. No. 
1. ¿Ni salías a navegar en el barco de tu abuelo? 
2. Mi abuelo era carpintero. 
1. ¿Carpintero? ¿Carpintero de un pueblo de montaña? 
2. No. Carpintero, sin más. 
1. ¿Carpintero de un barrio obrero? 
2. ¡Que no! 
1. ¿Tienes hijos? ¿Los llevas al centro comercial los viernes por la tarde y al circo en Navidad? 
2. No. No tengo hijos. 
1. ¿No compras ropa nueva cada temporada? ¿No tienes un seguro de vida? ¿No perdiste la virginidad en una acampada a los 15? ¿No donas a la Iglesia un porcentaje de tus impuestos? ¿No presumes de haber leído el Premio Primavera de Novela? ¿No desayunas en el mismo bar cada mañana? ¿No haces nada?

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