martes, 24 de enero de 2012

Zona de confort. Muna Massi

Muna Massi, hija y nieta de argelinos, está yendo a la piscina cada día desde que el verano se instaló en el calendario. Eso ya es algo. Se sienta en la orilla, en bikini, y se moja los pies. Sus amigos y amigas, mientras, se bañan y compiten a ver quién es más rápido. Muna los mira y sonríe.
La mañana es delicadamente cálida. El cielo está azul y los rayos de sol vibran entre las ramas de los árboles que hay alrededor de la piscina. Árboles altos y robustos. El agua está deliciosa y sólo Muna permanece fuera, sentada en el borde, dando pequeños golpes en la superficie con los dedos de los pies. ¿Por qué no te bañas? Le pregunta Coral. No sé nadar, responde Muna. No importa, le increpa Coral. Sí, sí importa, dice sonriendo Muna. No te vas a ahogar, yo te sostengo. No, de verdad, me da pánico la sensación… siento que me voy a hundir, responde Muna con educación. Eres muy guapa, Muna, no dejaría que te hundieras, le dice Coral bajando la voz. Gracias. Muna baja la mirada y se siente sonrojar. Cuando vuelve a mirar, Coral nada hacia el resto del grupo, que chapotea y ríe ensordecedoramente unos metros más allá, en el centro de la piscina.
Puede que Muna Massi aprenda a nadar.

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